7.1 La arrancada

Es la velocidad de la barca. Se dice que un buque
no tiene arrancada cuando está completamente
parado.
Una vez propulsado por la acción del remo se
genera un movimiento de inercia que se mantiene
temporalmente incluso si se ha eliminado el medio
de propulsión, en este caso la fuerza del jabegote.
Una barca de jábega viene a desplazar
aproximadamente una tonelada, y si es del tipo
«ligera» en torno a los 500 kilos, si a ello le
sumamos la carga que supone la tripulación,
podemos hacernos una idea del esfuerzo requerido
para lograr la arrancada.

A partir de aquí se inicia una curva evolutiva
ascendente hasta lograr, ayudados por la inercia,
un avance sostenido y propulsado por la acción de
una remada larga, en la que la pala del remo
completa todo su recorrido.
Las arrancadas, especialmente en las regatas de
competición, se inician imprimiendo fuerza en las
primeras pasadas, con una amplitud de recorrido
corto y ritmo alto.
A medida que la embarcación, tras las 3 o 4
primeras paladas, va aumentando su velocidad de
desplazamiento, se va también aumentando
progresivamente la amplitud de la pasada, así
como la fuerza que imprimimos al remo .
Es un proceso progresivo, de alta intensidad, en el
que el “mandaor” atento a las evoluciones de la
barca, sometidas a los efectos de las corrientes,
vientos y a la propia constitución de la barca,
determina el número de paladas con las que
contará esta fase inicial de la arrancada.

A partir de este momento, en el que la barca ha
alcanzado su máxima velocidad, reducimos el
ritmo, prolongando la cadencia entre una palada y
otra.
Se aumenta el tiempo de la fase aérea o de
recuperación que aprovechamos para inhalar el

aire necesario para mantener nuestra capacidad
aeróbica.
Por otro lado la amplitud de la pasada debe ser
máxima, tratando de sostener en el tiempo el nivel
de arrancada logrado en la fase anterior

7.2 La ciaboga

Bogar es remar, y ciar dar marcha atrás, es decir remar
en el sentido contrario de la marcha. Por tanto, ¿Qué
ocurre en la ciaboga? Pues que una banda cía y la otra
boga.
El efecto que provoca tal acción es la de virar en
redondo la embarcación.
Lo habitual, y debido a la posición asimétrica del timón
(espailla), es que sea la banda de estribor la que bogue
y la de babor la que cíe o atasque.
Atascar o clavar es introducir la pala del remo en el
agua tratando de frenar la marcha de la barca.
Ciar en pleno avance de la barca se antoja casi
imposible, ya que la arrancada de la embarcación
multiplica la resistencia de la misma a marchar en
sentido contrario, de ahí que se hable más de atascar
que de cumplir estrictamente con la acción que sugiere
el término ciar.
Para ello los pies, antes apoyados en el estribo o banco
anterior, pasan a situarse bajo nuestro propio banco
haciéndose firmes contra alguna de las cuadernas de la
barca para asegurarnos la posición.
El puño del remo asido con ambas manos y el guión
apoyado contra nuestro pecho garantizan que la pala
quede sumergida en el agua tratando de frenar el
avance de la embarcación por esa banda.

El efecto que provoca tal acción es la de virar en redondo la embarcación. Lo habitual, y debido a la posición asimétrica del timón (espailla), es que sea la banda de estribor la que bogue y la de babor la que cíe o atasque.


Atascar o clavar es introducir la pala del remo en el agua tratando de frenar la marcha de la barca. Ciar en pleno avance de la barca se antoja casi imposible, ya que la arrancada de la embarcación multiplica la resistencia de la misma a marchar en sentido contrario,; de ahí que se hable más de atascar que de cumplir estrictamente con la acción que sugiere el término ciar.


En la ciaboga se genera un par de fuerzas contrarias y paralelas que precipitan el giro de la barca, ayudada por la acción de la espailla.


En las regatas la ciaboga se realiza dejando la baliza por el través de babor. Se inicia con una aproximación al punto de giro timoneando con la espailla, aumentando la fuerza en la palada, que no el ritmo, para ganar velocidad y con ello mejor respuesta a la acción del timón y el par de fuerza, para justo tengamos la baliza por el través de la embarcación, efectuar la ciaboga virando en redondo.

Una vez cambiado el rumbo y a la orden del mandaor, comienzan a remar los proeles de babor a fin de estabilizar la barca, para seguidamente incorporarse toda la banda.


Es necesario guardar atención al compañero de la banda contraria para armonizar la remada, entrando en el mismo momento del gesto técnico que lleve.

En las ciabogas se pierden y ganan regatas por la ventaja obtenida o por el tiempo perdido en cada una de ellas, de ahí la necesidad de ejecutarlas correctamente.

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Errores comunes