Blas, su amigo «Paloa» y los demás.
O lo que es lo mismo, dos grandes amigos, maestros de la linde que separa la tierra de la mar salada, el rebalaje.
Rodeados, eso sí ,de una copiosa constelación de Potalas y Alburrecas, como así llamaba Blas a aquellos inexpertos condenados, por sus propias taras, a conducir las barcas hacia el peor de los destinos.
Conozco a Blas desde hace poco, no más de cinco años . Un tipo grande, de aspecto rudo, capaz de lidiar con el sol cubierto siempre de una gorra campera, más propia de las tierras del chotis y el cordero que de aquellas en las que se mora entre mares y meros.
Desde el primer momento tuve la fortuna de conectar con él, eludiendo caer bajo esos epitetetos, potala y alburreca, con los que, siempre cariñosamente, se refería a los advenedizos carentes de habilidad en el manejo de barcas y remos.
Desconozco las razones de esa conexión, posiblemente sea cuestión de eso que llaman química o, quizás, se obrara el artificio gracias a los cigarros puros con los que de vez en vez compraba a plazos su respeto.
El caso es que al amigo Blas lo tuve cerca, tan cerca como lo son las emociones que conceden los momentos de ocio a la buena compaña.
Apenas espero de esos ratos haberle correspondido, haciéndolos tan gratos para él como lo fueron para mí . Sólo así, de ese necesario equilibrio, tendré la certeza de haber recibido la gracia de su amistad.
Se te echará de menos amigo. D.E.P.
«Potala»: piedra que anudada a una línea o beta se emplea para fondear botes y barcas.
«Alburreca» o alhurreca: costra de sal que queda en aquellos objetos que han sido bañados por la mar
En la imagen, de izda. a dcha. Blas, Rafael Serrano «el sopa» y Manuel Díaz «Paloa», tomada en Junio de 2023 durante la restauración de la barca «San Andrés» en las instalaciones del Club de remo malagueño de jábega.
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