La práctica deportiva en el mar conlleva riesgos que, con la adecuada atención a los mecanismos de prevención, son en su mayoría evitables. Para aquellos casos en los que nos vemos sorprendidos por la fatalidad, es preceptivo conocer la forma de actuar, aplicando unas mínimas técnicas de salvamento que aumenten las
posibilidades de salir con éxito de ese trance.

El mayor de esos riesgos es el del ahogamiento.
No se trata de ser tremendistas, pero sí de tomar conciencia de una realidad que se convierte en azote cada año. Solo durante el 2018, y en el mar, fallecieron
por ahogamiento, 163 personas en nuestras costas. El tema no es baladí.

Siendo la prevención la primera de las técnicas de salvamento, se hace necesario reconocer una de las situaciones que más peligro entraña: La resaca.

La resaca es una corriente superficial de agua perpendicular a la costa que se dirige mar adentro.
Son conocidas también como corrientes de retorno.
Actúan sobre un canal estrecho en el que la corriente de arrastre alcanza velocidades de entre 2 y 3 km/h con picos fluctuantes de 8 km/h. Ni el nadador más experimentado es capaz de sustraerse a esta fuerza de arrastre.

Se forman por la repetida acción de choque de las olas sobre la orilla, socavando la pendiente de arena hasta formar lo que, en términos marengos, denominamos el
rebalaje. El flujo de agua termina retornando hacia dentro por el punto de menor resistencia, generando ese canal de retorno del que hemos hablado.
En muchas ocasiones es fácilmente reconocible como se puede observar en las siguientes imágenes:

Publicada por la web www.aprendeemergencias.es

Es muy probable que el mandaor de la barca, en su afán por localizar un punto de la costa libre del golpeo de las olas, emplee estos canales para varar o botar la barca.
Por ello la dotación de la barca debe guardar la debida atención al desembarcar, evitando quedar a merced de la corriente.
No obstante, si nos vemos sometidos a ese empuje mar adentro, es preferible rentabilizar nuestro esfuerzo, dejándonos llevar hacia adentro para, posteriormente, nadar paralelo a la costa hasta alejarnos de la corriente y regresar a tierra.

La prevención nos invita a atender un sinfín de circunstancias en las que ponemos en riesgo nuestra integridad física, tales como golpes con los remos, heridas provocadas por los escálamos, lesiones por aplastamientos de pies y manos etc… Prevenciones todas ellas derivadas de nuestro natural instinto de conservación, y por tanto no serán tratadas aquí.

Qué hacer si nos encontramos con un caso de ahogamiento.

La Reanimación Cardio Pulmonar (RCP).

De su correcta ejecución depende, en muchos casos, la supervivencia del accidentado.
En primer lugar debemos llamar al teléfono de emergencia público 112, ya que nuestra intervención, si bien resulta decisiva, es en realidad, de carácter transitorio, hasta que se personen las unidades de emergencia sanitaria con los equipos adecuados.
A ser posible debemos mantener el contacto telefónico con el interlocutor sanitario que nos guiará a través del proceso de reanimación.
Habremos de evaluar mediante la observación si la persona está consciente o se encuentra en parada cardiorrespiratoria, en cuyo caso tendremos que aplicar
las maniobras de RCP.

Estas maniobras repiten un patrón similar en todos los casos, con la salvedad de que, en los accidentes por ahogamiento, a diferencia de otras causas como infartos
y otros traumatismos, es necesario comenzar la reanimación con cinco ventilaciones boca a boca, en lugar de las dos que se realizan protocolariamente.

Esto es debido a que las neuronas tardan más tiempo en morir por falta de oxígeno, aumentando las probabilidades de recuperar el pulso cardíaco mediante
la oxigenación del cerebro sin necesidad, a veces, de aplicar el masaje cardíaco.
El RCP comienza con la maniobra Frente/mentón, una mano eleva el mentón, mientras con la otra en la frente, inclinamos la cabeza hacia atrás. Con ello nos
aseguramos de despejar la vía respiratoria, que a veces queda taponada por la propia lengua.

Frente-Mentón

Una vez inclinada la cabeza, cerramos las fosas nasales pinzándolas con una mano, y seguidamente tomaremos una amplia bocanada de aire. Aplicamos nuestra boca sobre la de la víctima e insuflamos todo el aire hasta que veamos como se le hincha el pecho. El caudal de aire es de aproximadamente un litro, y la operación ocupa de 1 a 1,5 segundos.
Después debemos permitir la espiración total del aire antes de insuflar de nuevo.
Terminadas estas 5 ventilaciones, si observamos que no hay pulso, debemos rápidamente proceder a realizar el masaje cardíaco.
Para ello, nos situaremos de rodillas junto al pecho del accidentado, con los hombros a la altura del esternón y los brazos rectos y rígidos, empujando de forma vertical. Las manos han de situarse en la unión de las costillas, sobre el esternón, en donde apoyaremos el talón de la mano derecha con los dedos extendidos, y sobre ésta la mano izquierda siguiendo el esquema que muestra la imagen.

30 compresiones a 2 compresiones por segundo

Realizaremos 30 compresiones como se ha indicado, comprimiendo con fuerza el tórax, ayudados por el peso de nuestro cuerpo, y descomprimiéndolo a un ritmo de casi 2 compresiones por segundo.

Ana Luz Vega Fontalva, socorrista acuático, evaluando el ritmo de las compresiones.

Finalizada esta serie de compresiones procederemos de nuevo al boca a boca con dos insuflaciones.
Esta secuencia de 30 compresiones seguidas de 2 ventilaciones la repetiremos hasta que lleguen los servicios de emergencia.
Tan solo resta indicar que debemos aplicar las maniobras de RCP aun cuando nos parezca que por el tiempo transcurrido bajo el agua no es viable la reanimación. Me ha sorprendido leer casos en los que se ha conseguido llegar a buen término tras 40 minutos sumergido el ahogado sin respirar.
Por tanto, si la fatalidad los enfrenta a una situación de este tipo, conserven la calma y hagan lo correcto. También esto es remo.

Fuentes consultadas en este apéndice:
https://www.aprendemergencias.es/salud-y-primeros-auxilios/ahogamientos/
https://www.google.com/amp/s/hullonwindsurf.wordpress.com/2011/12/09/primeros-auxilios-en-el-mar/amp/
https://www.epdata.es/datos/ahogados-datos-estadisticas-ahogamientos/261/espana/106

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