«La Fogonera»

Hablar de «La Fogonera» es hablar de una de las familias con más solera «salera» de la ribera malagueña, los «Paloa», estirpe de esa zona al oeste antaño conocida como playa de Torrijos, También de su más adepto feligrés, Blas y, con ellos y por ellos, de uno de los grandes clubes del remo malagueño, el de «San Andrés».

«La Fogonera» es fruto del clásico maridaje entre un anhelo y un recuerdo lejano.
Memoria que se remonta hasta los años 40, cuando el padre de Manuel «Paloa», abuelo del actual presidente del club de San Andrés, José Manuel Díaz «Paloa hijo», adquiere una abandonada barca de jábega de nueve remos, de nombre «María» pero conocida de todos por el apelativo «La Fogonera». Es la era de las barcas humanizadas en las que las barcas cuentan con nombres y apodos, como los tienen las gentes del rebalaje a las que dan servicio. La reconstruye y rescata de un más que seguro olvido y, además, tiene los santos bemoles de participar en la regata del muelle de ese año y subir a lo más alto del podio.

Éste es el recuerdo. El anhelo se lleva fraguando regata a regata durante la primera década de este siglo, en las que la María Juliana y el equipo del club Mediterráneo que la gobierna han saboreado las mieles del éxito y no parecen dispuestos a compartirlo, salvo excepciones como la liga 2001 y 2007 que son para la «San Andrés» y para los de San Andrés.

Es en uno de esos momentos, año 2005, en los que la María Juliana parece inalcanzable, cuando el Diario «Málaga Hoy» recoge el siguiente comentario de un integrante del Club de San Andrés : «a esa aquí no la coge nadie».
Ese es el deseo y, de la comunión de ambos surge, en Abril del 2013, «La Fogonera».

Quince años después de su bautizo, amadrinada por Pepi Almoguera como «María Juliana», la adquiere el C.D.R. San Andrés para regalarnos la victoria de tres ligas consecutivas. Nunca sabremos si hubiera habido una cuarta, porque en el año 2016, por decisión propia y según contempla la prensa de aquel año, alentados por un polémico dictamen arbitral, el equipo de San Andrés se retira de la competición. El elegante comportamiento deportivo del club omite las razones en su espacio de Facebook, deseando un próspero porvenir a la liga de jábegas.
Sea extensivo ese deseo a vuestro propio club. Me consta que pronto el color naranja de vuestras camisetas teñirá nuestras playas.