Ha pasado mucho tiempo, pero la espera ha terminado. Una nueva barca de jábega está lista para ser botada. Con vino y sal saluda al destino con la promesa de buenas singladuras, onerosas pesqueras y un retorno seguro.
Adelante, te aguarda la mar.
La fabricación de una barca de jábega responde a un proceso lento, artesano en el que, aunque planos y plantillas aceleran el trabajo y crean una aparente reproducción serial, no existe el molde que en las embarcaciones de fibra clona el modelo hasta el infinito. La madera impone sus condiciones, no ya solo por la tipología empleada, pino, cedro, haya, roble etc…, sino por su propia condición orgánica que se empeña en recordarnos que antes que barca fué árbol y por tanto única.
Fotografía realizada por el fotógrafo profesional y compañero de remo Juan González, que capta como los históricos fundadores del Club de remo San Andrés «custodian» su nuevo encargo, la que será su primera barca ligera, la nueva «Fogonera».
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