Hubo un tiempo en el que la barca de Jábega y su gente no requerían de análisis e interpretaciones por parte de historiadores y sociólogos, sino de brazos y manos ajadas por la sal, dispuestas a arrancarle al mar un poco de vida para su sustento, no más que aquella que la mar ya les cobra como tributo a quienes faenan en ella.

Ese tiempo ya pasó.

El olvido, enfermedad crónica que coadyuva con el progreso, atentando contra el pasado y la Historia, ha de ser combatido con el recuerdo, con el firme propósito de quienes obstinadamente se emplean en convertir el pretérito indefinido en un presente continuo.

Ese es precisamente el cometido de la Escuela de Jábega.

Hace unos años, en 2016, nació del vientre de la ART, (Asociación de Remo Tradicional), auspiciada por la Diputación de Málaga, «La Escuela Provincial de Remo», desempeñando su labor en la dársena de poniente del Puerto de Málaga.

Por circunstancias ajenas a nuestra voluntad nos hemos visto obligados a abandonar esta ubicación, forzados a una incierta diáspora en busca de un nuevo emplazamiento.

La fortuna ha querido brindarnos un excepcional mecenazgo en la figura del Ayuntamiento de Málaga y su Área de deportes. El esfuerzo compartido entre este inestimable colaborador y la Escuela de Jábega que se reafirma con identidad propia, gestionada por la ART a través del CDR Malagueño de Jábega, hacen posible que nuestra labor de difusión de todo lo concerniente a la barca malagueña, deporte y cultura, continúe presente durante más tiempo. ¿Hasta cuando?, Hasta que otros tomen el relevo y así indefinidamente.

Esa es la razón por la que nuestro logo aparece , solo para este post, rodeado por el ouróboros, serpiente que, como aquella que ornamenta el pico de nuestras barcas, se retuerce sobre sí misma para morderse la cola, formando el círculo que simboliza el retorno eterno, la vida que se extiende más allá de los límites que propone el hombre.

Larga vida a la Escuela de Jábega.